Se están celebrando esta semana en Soria las III Jornadas Micológicas a las que asisten tantos aficionados a estos manjares que la naturaleza nos ofrece en el otoño, así como algunos cocineros de reconocido trabajo como Anduriz . Si os acercaís hasta allí, no dejeís de visitar su museo, donde disfrutar y aprender a reconocer al menos, algunas de ellas.
Son muchas y con variada personalidad. Un sabor imprescindible en la buena cocina.
Joyas culinarias:
Níscalos También se conocen como rovellons en Cataluña. Son las más fáciles de identificar por su color anaranjado y carne firme. Están exquisitas asadas a la plancha o parrilla y con ajo y perejíl picado. También son válidas para un guiso casero con patata. Os sorprenderá .
Setas de San Jorge Los vascos las denominan peretxicos y moixernós los catalanes. Son pequeños y carnosos, perfectos para un revuelto con aceite de oliva y huevos.
Cantarelas Tienen forma de trompeta. La más conocida es el rebozuelo, de color amarillo anaranjado. Y las trompetas de los muertos, de color negro. Cocínalas en revueltos, estofados y arroces.
Boletus Son muy apreciadas por los amantes de las setas. Se encuentran en hayedos, robledades y pinares, ahora también son cultivadas, pero el sabor dista mucho de ser el auténtico. Su carne es blanda y muy sabrosa. Tiene un aroma tan exquisito que puedes prepararlas de mil formas: cremas, salteadas, en carpaccio, en tempura, en guisos y hasta algunos cocineros aventurados llegan a confitarlas y servir un postre con su aroma.
La mejor receta para prepararlas es la sencillez: aceite, un poco de sal y pimienta y un rápido contacto con la sartén bien caliente. Hay algunas variedades que pueden ser consumidas en crudo, en ensaladas o en carpaccio. Cuando termina la temporada, podemos encontrarlas secas, para luego rehidratarlas, o congeladas. Ten siempre que puedas en tu despensa en alguna de estas modalidades para usarlas en cualquier momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario