16 de septiembre de 2014

Olor a higos

Fruto de la higuera, el higo es originario de Oriente. Desde tiempos remotos ha sido muy apreciado por egipcios, griegos y romanos, que además de comerlo, los utilizaban para cebar a las ocas. Se empiezan a recoger a finales de junio y pueden llegar hasta noviembre. Son frutos dulces y delicados, muy frágiles. Son bastante energéticos, ricos en potasio, calcio y magnesio,  en vitaminas del grupo B y provitamina A. Han de recogerse antes de que esten maduros y la firmeza del rabillo es lo que da cuenta de su calidad. Los primeros suelen ser morados, las brevas, para más adelante ir siendo verdes o blancos. Las principales variedades de higos proceden de Turquía, Francia y Afganistán. En España se recolectan principalmente en la cuenca mediterránea. Al ser tan energéticos y delicados, fueron preparados en el albor de los tiempos, secados al sol, luego lavados con agua de mar y luego secados en cámaras.  Se pueden preparar en compotas, frescos, horneados con jamón o queso, en chutney, cocidos al vino, etc. Combinan muy bien con las aves, la carne de cerdo y el conejo.


HIGOS CON QUESO GORGONZOLA
Es un aperitivo delicioso y muy sencillo. Abrie los higos por la mitad, después de haber retirado el rabillo. Poner una cucharadita de queso gorgonzola, y una almendra o avellana si se quiere. Llevar al horno precalentado a unos 200º, pulverizar con un poco de aceite y dejar que se doren. Para servirlos, puedes hacer una reducción de Oporto, Pedro Ximénez  o vimagre de Módena con unas cuantas semillas de pimienta rosa machacadas y rociarlos al momento de servir.
Otra manera exquisita puede ser envolviéndolos en una lonchita de beicon o jamón de Parma e igualmente hornear hasta que queden doraditos.

 

 
             

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