22 de septiembre de 2013

Dulce otoño

"Dura lo que tarda en llegar el invierno" diría Joaquín Sabina, esta dulce estación llena de nostalgia. Muchas personas asocian el otoño a una época triste que habla de árboles medio deshojados y de lluvia tras los cristales, al acortar de los días . Pero yo adoro esta estación, quizás porque mis días se sienten más cercanos al otoño que a la alegre primavera, y siento la vitalidad de las labores de recogida en el campo al igual que siento la recogida de mi largo camino por la vida con cosechas llenas de alegrías, tristezas, duelos y reencuentros llenos de esperanzas y esplendor.
Mil rojos, verdes y ocres, el campo otoñal invita a pasearlo y a rastrearlo. Es una estación que sublima los sentidos, dejándonos acunar por esos bellos paisajes, a olfatear los campos llenos de esplendor, a acariciar una tierra madura. El otoño nos enraiza con la tierra, nos lleva a saborear lo más sutil de sus productos: la recolección de los cereales, la vendimia, las setas, las frutas y verduras de estación, mermeladas, los primeros quesos, los salmones ahumados durante los meses de verano. Se avecinan esas largas tardes que invitan a la conversación y a las labores de cocina.

Tostas de pan con peras caramelizadas, queso de cabra y almendras
Ingredientes:
2 peras
25 gr de mantequilla
1 c/s de miel
1 c/c de vinagre balsámico
150 gr de queso de cabra desmenuzado
100 gr de almendras fileteadas

Pela las peras y corta en taquitos medianos. Derrite la mantequilla con la miel y el vinagre balsámico, deja que coja fuerza y añade las peras troceadas y espera hasta que se caramelicen. Mientras pon a tostar el pan.
Coloca la pera sobre la rebanda, el queso de cabra desmenuzado y las almendras fileteadas y tostadas. 

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