11 de octubre de 2012

Nutrición

Apúntate a las semillas

Más nutritivas que el pan y los cereales, las semillas integrales son fáciles de cocinar y aportan un toque de sabor a todos tus platos.
Rellenaunos recipientes con varios tipos de semillas cocinadas : quinoa, cebada, maíz desecado, arroz salvaje y centeno y sírvelos con verduras salteadas, queso, ensaladas, etc
. Puedes incorporarlas a un surtido de verduras salteadas, queso feta al horno, aceitunas verdes y negras, nueces, piñones tostados, tomatitos cherry caramelizados y/o frutas secas (orejones, pasas, arándanos), aceite de oliva, vinagre de vino y miel.
La cocina de semillas integrales es novedosa para muchos de nosotros. Con frecuencia caemos en la rutina del pan, los cereales, la pasta o las pizzas, pero deberías saber que las semillas forman parte de una dieta baja en glucemia, lo que lleva a los nutricionistas a pensar que promueven un envejecimiento saludable y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo II. La razón es que los alimentos integrales sin procesar se digieren más despacio que los hidratos de carbono refinados (pan y cereales comerciales) Cuando comes alimentos integrales te sientes lleno durante más tiempo y evitas los altibajos típicos de la ingesta de azúcares y carbohidratos refinados. Los valores nutricionales de las semillas integrales son: fibra soluble, proteínas, calcio y fitoquímicos.
Cualquier semilla vaporizada con miel y unas cuantas nueces puede ser un desayuno lleno de energía. Y si le añades unas fresa, o arádanos y moras sera PERFECTO.
Para cenar puedes, de vez en cuando, saltear unas zanahorias, cebollas, setas o champiñones y añadir un arroz salvaje o cebada cocinada. Luego lo rocías con aceite de oliva virgen extra y un poco de ajo y algunos arándanos desecados.
Pautas para comprarlas:
 Hazlo en pequeñas cantidades, porque al tener aceites esenciales pueden enranciarse.
Conservalas en el frigorífico.
Compra en tiendas especiales de alimentos orgánicos
Si las tuestas antes de cocerlas, aumentan su sabor
Calienta una pequeña cantidad de aceite de oliva y cuece las semillas hasta que desprendan su aroma y algunas empiecen a dorarse. Añade caldo de verduras o crema  hirviendo y cuécelas. Notarás su sabor


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